México entró oficialmente a la Fase 3 de la pandemia del COVID-19 y es catalogada de las más peligrosas porque se saturarán los hospitales con casos graves; implica un riesgo de que no sea posible atender a todos los pacientes y haya más muertes, reconoció Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.
Esta fase se activó porque hay un contagio acelerado del virus y existe dificultad de que se rompan las cadenas de propagación, colocando en riesgo a sectores amplios de la sociedad, por lo que se requieren estrategias más estrictas, que deben ser acatadas por los estados y municipios, con excepción de los que tengan mayor control.
Asimismo se suspende la actividad no esencial en todo el sector público y privado, sigue en vigor y se debe hacer cumplir, en caso de desacato, habrá sanciones. También se incrementa más de 50 por ciento la sana distancia, es decir, pasar de 1.50 metros a 2.25 metros, de acuerdo con los lineamientos generales.
En México se cuenta con 121 mil 435 camas de hospitalización, con más de ventiladores mecánicos, 82 mil 892 consultorios en 33 mil 119 unidades médicas, incluyendo los centro privados, para hacer frente a la pandemia.
Pacientes en situación crítica, infecciones leves y hospitalizaciones
Se espera que en las primeras semanas 10 mil 528 de pacientes puedan caer en una situación crítica por la transmisión generalizada. Un total de 140 mil 367 presentará infecciones leves y un tratamiento ambulatorio. Un total de 24 mil 564 de los pacientes requerirán hospitalización.
De 121 mil 435 camas, la mayoría son de primer y tercer nivel. Considerando a la red de la Secretaría de Salud, del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS-Bienestar, ISSSTE, y otros centros, en el primer nivel hay mil camas y en el privado 560.
En el segundo nivel se cuenta con 68 mil 399 del segundo nivel (cuando ya se requiere hospitalización e intervención médica) y en el privado hay 29 mil 07.
Con información de Milenio